4/7/22
LA SOLEDAD RADICALIZADORA
20/6/22
¡AFGANISTÁN YA VALIOMADRISTÁN!
Espero que hayan apreciado este amable recordatorio sobre el sufrimiento que sigue causando el asqueroso régimen Talibán.
6/6/22
¡LA OBSESIÓN OS HARÁ LIBRES!
Los enemigos de la libertad son sujetos obsesivos; toman su tiempo y organizan sus fichas para atacar en el momento adecuado. Si la misión de estos reaccionarios es restar derechos, trabajarán incansablemente hasta conseguirlo.
23/5/22
LOS REACCIONARIOS NUNCA DUERMEN
Así como a las gringas les pueden quitar un derecho que han gozado durante 50 años, lo mismo puede pasar en cualquier país y con cualquier derecho.
9/5/22
GRAN HERMANO REGIÓN 4
A diferencia del “dinero tonto” que ahora utilizamos, pronto el gobierno sabrá donde se encuentra cada “peso digital” y para qué se está utilizando. Así, el Banxico tendrá conocimiento de cada uno de nuestros pagos y compras.
2/5/22
FEAR AND LOATHING IN BEIJING - PARTE 3
Aquí nos encontramos hoy: en el inicio de esta batalla entre democracias y autocracias que definirá lo que resta de este siglo. ¿Quién saldrá victoriosa?
18/4/22
FEAR AND LOATHING IN BEIJING - PARTE 2
Occidente debe alejarse de la ortodoxia neoliberal que reinó por décadas para crear un nuevo capitalismo más ‘amable’.
10/4/22
#LEYCANNABIS | MANUAL DE LA LIBERTAD
31/3/22
#DATECUENTA - COVID19 ¿EN VERDAD FUNCIONÓ EL "QUÉDATE EN CASA"?
Fuente: Azteca Noticias
28/3/22
FEAR AND LOATHING IN BEIJING
El orden internacional rara vez ha sido creado bajo una visión optimista de cooperación y negociación. Más bien, ha sido el miedo y el odio hacia un enemigo común el que ha movilizado a grupos de países a unirse y organizarse.
22/3/22
MANUAL DE LA MISERIA: RUSIA VS. UCRANIA
Todo el mundo parece tener una opinión sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania. Algunos dicen que el culpable es Vladimir Putin, pero otros acusan a los gringos y a sus aliados europeos. ¿A quién podemos creerle?
Fuente: Azteca Noticias
13/3/22
HAY QUE CULTIVAR NUESTRO JARDÍN
Lo que estamos viviendo ahora es simplemente un regreso a la normalidad.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Primero la obligada fe de erratas: ¡Sí, yo sé! Hice gala en estas páginas de un profundo análisis del periodista Eugene Chausovsky sobre los “imperativos geopolíticos” y el “marco estratégico” de Vladimir Putin (Vértigo #1091) para concluir bombásticamente que “las condiciones para una invasión simplemente no existen en la actualidad, y por lo tanto, es sumamente improbable que veamos una invasión militar en las próximas semanas”. Así que… Emm… ¿Ups?
Dicho lo anterior y dejando de lado cualquier otra predicción sobre el futuro del conflicto; pasemos mejor a explorar cuáles son las corrientes que se ocultan en el trasfondo de esta guerra entre Ucrania y Rusia.
En primer lugar, reconocer la importancia de lo que estamos presenciando: el mayor conflicto en el continente en Europa desde las guerras en Yugoslavia, o quizás desde la guerra contra el imperialismo Nazi; sólo que ahora uno de los beligerantes es una potencia nuclear. Y como bien apunta Anthony Faiola en The Washington Post: “Para un continente donde las guerras habían retrocedido a los libros de historia (...) el asalto de Moscú parece algo casi incomprensiblemente anacrónico, y un salto temeroso hacia lo desconocido”.
¡Pues sí! Pero mientras crece el bulto de vestiduras rasgadas de una comentocracia pasmada, la situación en Europa del Este parece tener una claridad meridiana para el periodista David Brooks, quien argumenta en The New York Times (“The Dark Century”) que lo que estamos viviendo ahora es simplemente un regreso a la normalidad.
¿Normalidad? ¡Oh sí! Brooks inicia su análisis haciendo referencia a uno de los mayores clichés de nuestros tiempos: que el sistema liberal está en retroceso. Año tras año los informes de Freedom House y el Democracy Index (The Economist) muestran cómo más países van cayendo a esa zona gris de “democracias imperfectas” o “regímenes híbridos”. Claro que el retroceso del liberalismo -por sí mismo- no causó una invasión; pero sí constituye un factor clave para esta situación actual. ¡Veamos!
Brooks argumenta -como otros expertos- que la democracia y la paz son factores completamente atípicos para la humanidad. La condición para tener paz y democracia es crear (entre otras cosas) sociedades con instituciones fuertes y asociaciones que promuevan el servicio público; con ciudadanos educados y virtuosos que comprendan los peligros de la ambición humana y la fragilidad democrática para prevenir su caída. Para esto, Brooks utiliza la analogía de un cultivo, donde no se trata sólo de aventar las “semillas” de la democracia sino de cuidar su crecimiento constantemente.
El problema -argumenta Brooks- es que hemos vivido demasiado tiempo dentro de la burbuja liberal para imaginar que existe otro sistema que pudiera suplantarlo. Pero aquí está la trampa: porque son precisamente los otros sistemas -agresivos y autoritarios- los que representan la “normalidad” y se encuentran siempre al acecho. Como una selva esperando a crecer y recuperar su terreno perdido. De esta manera, no cuidar nuestro terruño democrático no genera el caos, simplemente nos regresa al estado normal de las cosas.
¿Qué es lo normal para Brooks? “El siglo XV, XVI, XVII y XVIII son lo normal. Grandes países como China, Rusia y Turquía controlados por líderes con inmenso poder. Eso es normal. Pequeñas aristocracias acumulando gran parte de la riqueza nacional. Normal. Asuntos globales regidos por la ley de la selva, con países grandes amenazando a los pequeños. Esa es la forma en la que ha sido la mayor parte de la historia humana”.
El retroceso del liberalismo no causó que Rusia invadiera a Ucrania, pero sí permitió el fortalecimiento de un líder como Putin que logró usar su poder como autócrata y la xenofobia para depredar sobre su vecino más débil.
Y si el problema central es nuestra complacencia con el liberalismo, haríamos bien en atender a las palabras de Voltaire y ponernos a cultivar nuestro jardín.
27/2/22
UCRANIA ES UN CANAPÉ
Si bien la amenaza de una guerra en Europa persiste, existen broncas aún mayores que vuelven a la situación de Ucrania en un simple canapé.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
¿Se dieron cuenta? ¡Llegamos a febrero sin una crisis global importante! Claro, algunos dirán que el reverendo congal en Ucrania merece ser considerado como una “crisis global importante”. Pero hasta el momento de escribir estas líneas, la realidad es que el escurridizo Vladimir Putin no parece tener ninguna invasión planeada. Así que calmado venado… y cómo dijo el filósofo Lennon: “Give peace a chance”.
Todo esto es relevante porque si hacemos memoria de los últimos años, podemos ver que la cuesta de enero -en términos geopolíticos- ha sido bastante escabrosa. Les recuerdo: En 2020, iniciamos enero con Australia en llamas; el Sars-Cov-2 expandiéndose por China y Europa; y el asesinato del general Qasem Soleimani en Irán, que bien pudo pudo desatar la Tercera Guerra Mundial. El 2021 empezó con la variante Delta arrasando al planeta y con la toma del Capitolio por las huestes de Donald Trump, la cual puso en jaque a la democracia más antigua del mundo.
Ahora la diosa Fortuna nos sonríe, pero nuestro éxito no debe permitirnos confiarnos. Si bien la amenaza de una guerra en Europa persiste, existen broncas aún mayores que vuelven a la situación de Ucrania en un simple canapé. Para entrar en materia, los refiero al informe que publicó el World Economic Forum a principios de años: el Global Risks Report 2022.
¿Qué dice este reporte? Pues básicamente ofrece una colección de pesadillas que haríamos bien en evitar en el futuro próximo. Esta lista de cataclismo se formula a partir de entrevistas con miles de expertos y ejecutivos; de los cuales sólo el 16% de ellos se siente “optimista” por el futuro, mientras que el 84% indican que están “preocupados”. Pero sin más preámbulo… ¡Vamos a darle una revisada!
1. Tensiones internas. Una de las mayores preocupaciones del Global Risk Report 2022 apunta a una mayor volatilidad económica y al crecimiento de la desigualdad entre ricos y pobres. Si esto suena grave, lo peor es que puede llevar a una erosión de la cohesión social en la mayoría de los países. Esta pérdida de cohesión social -crítica por sí misma- terminaría por incrementar la tensión geopolítica en detrimento de la cooperación internacional.
2. La supervivencia del planeta. Aunque el mundo seguramente no se va a destruir en el 2022, si expandimos nuestra perspectiva al siguiente lustro vemos que la situación precaria del planeta es la mayor preocupación para los expertos, incluso por encima de cualquier problema económico o social. ¿Qué tipo de amenazas? Calentamiento descontrolado, climas extremos, pérdida de biodiversidad, daño ambiental y crisis por recursos naturales.
3. El desorden de la transición. Aquí encontramos la mayor preocupación reportada en Report: una transición climática desordenada. Consideren que el mundo entero va reprobado en el cumplimiento de sus compromisos ambientales, pero en los próximos años veremos reacciones sociales negativas ante cualquier cambio por descarbonizar las economías. Lo peor: los países más atrasados serán blanco de tensión, frustración y recriminación, con posibilidad de conflicto.
4. Fallas en ciberseguridad. Entre más digitalizamos nuestras vidas cotidianas, más probabilidades de sufrir alguna falla o ataque con consecuencias catastróficas. Sumado a esto, podemos esperar un incremento en ataques ransomware, así como los fraudes en los comercios digitales.
5. Caos sideral. Si la Tierra nos queda corta, los expertos también prevén un incremento de problemas en el espacio exterior, donde cada vez más empresas y gobiernos luchan por obtener un lugar estratégico en este horizonte poco regulado y cada vez más contaminado por basura espacial.
Así que incluso si la guerra en Ucrania se desata en estos días, ya tienen otros problemas para preocuparse. Mi recomendación: vayan ahorita mismo por un obligado whisky doble on the rocks. ¡Salud!