22/11/20

CHURROS SIN VIOLENCIA

Mientras los gringos rechazan la locura populista y una demencial guerra contra las drogas, aquí esperamos superar los 40,000 homicidios este año y nos aferramos a ideas fallidas.


Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú

¡El Imperio Yankee renace! ¡Sacude su estupor populista para volver al camino de la decencia y la normalidad!

Obviamente exagero. Donald Trump perdió por 5 millones de votos, pero aún así 72 millones de gringos pensaron adecuado que este hombre despreciable, repugnante y destructivamente inútil gobernara por otros cuatro años. Por fortuna, 77 millones votaron por Biden y la cosa salió medio bien. ¡Pero ojo! Los cantos de sirena populistas y etno-nacionalistas no han desaparecido… digamos que sólo tomaron un descanso.

Dicho lo anterior, propongo dar vuelta a la página de la elección. Para cuando lean esto, ya nada será novedoso o interesante. Así que...  ¡A otra cosa mariposa!

Pasemos mejor a un tema poco explorado del 03 de noviembre: ¡A los gringos les encanta la mota! ¡Y qué bueno! Yo siempre he creído que el consumo de sustancias estupefacientes -en dosis responsables y sin dañar a terceros- es una actividad recreativa tan aceptable como cualquier otra; y que el consumo de drogas debe siempre ser tratado como un problema de salud pública y no como parte del sistema criminal.

De ahí mi agradable sorpresa al conocer que más allá de la derrota de Trump, otros cinco estados de la Unión Americana (Nueva Jersey, Arizona, Mississippi, Dakota del Sur y Montana) votaron por legalizar la cannabis medicinal o recreativa. También en Oregón (donde ya era legal la mota) la banda aprobó despenalizar el consumo de TODAS las drogas –la venta sigue siendo ilegal– y aprobó la psilocibina (sustancia activa en los hongos alucinógenos) para tratar problemas mentales. Así, la posesión de cualquier droga en Oregón será tratada como una falta civil y los adictos recibirán ayuda. ¡Viva el Imperio!


¿Por qué es importante esto? Porque con estos 5 estados en las filas de la despenalización, solamente quedarían 6 de los 50 estados en EUA donde la marihuana es totalmente ilegal. ¡6 de 50! O sea, que sólo el 12% de los estados gringos siguen penalizando el consumo de esta planta. O dicho de otra manera, la mota ya está despenalizada en el 88% del territorio yanqui; y el consumo recreativo en el 32% del territorio, incluyendo California, la entidad más poblada.

Todo esto viene al caso, porque en México tuvimos 34,582 asesinatos en 2019 –la cifra anual más alta en 20 años de registros oficiales–; y todo parece indicar que en este 2020 vamos a romper ese récord, demostrando que los hampones no se espantan con un virus.

Me queda claro que no todas estas muertes son atribuibles al narcotráfico, pero podemos aceptar que un alto número sí lo están; y esto sin contar las extorsiones, desapariciones y otras violaciones de derechos humanos que cometen las bandas dedicadas a transportar y vender droga.

Mientras esto sucede, MORENA volvió a presentar (ooootra vez) una iniciativa en el Congreso para crear su Instituto Mexicano de Cannabis, un órgano gubernamental encargado de la distribución y venta de la marihuana. Ahí les encargo qué tan efectivo resultará este plan…

Por si fuera poco, un reporte de la Comisión Global de Política de Drogas del 2019 indica que México es el noveno país con el mayor número de personas encarceladas a nivel mundial (204,000 presos). Y aunque no hay cifras recientes, sabemos que miles de ellos se encuentran presos por posesión o consumo de drogas; un crimen que en el 88% de EUA hoy ya se encuentra en el basurero de la historia.

Así que mientras los gringos rechazan la locura populista y una demencial guerra contra las drogas, aquí esperamos superar los 40,000 homicidios este año y nos aferramos a ideas fallidas.

¿Qué nos diría un ciudadano de Oregon? Yo les digo: “¡Qué mal viaje, carnal!”


9/11/20

UN FINAL DE PELÍCULA

Quedé gratamente sorprendido al encontrarme en The Washington Post un ejercicio imaginativo particular, donde la periodista Maura Judkis entrevista a guionistas reconocidos de la televisión para que aconsejen y orienten al estúpido “escritor” que escribió el guión del 2020


Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú

No sé cómo fregados le hicimos, pero llegamos (casi todos) a noviembre. Para estas alturas, la mayoría estamos en modo avión... catatónicos, delirantes y esperando que el Cosmos nos otorgue una breve tregua en la recta final del 2020.

Suena trillado, pero me vale: este año parece una mala película de Hollywood. ¡Oh sí! ¡Una pinche tragicomedia de enredos sin pies ni cabeza!

Iniciamos con incendios en Australia; luego la amenaza de guerra entre EUA e Irán; luego el impeachment de Trump; después el Brexit; luego la llegada de las avispas asesinas; una explosión en Líbano; el inicio de la pandemia; las protestas en Hong Kong; el eterno aislamiento; la carrera presidencial del Imperio Yanqui; un sismo de 7.5 grados en Oaxaca y la CDMX (seguro ni se acuerdan); la peor crisis económica en décadas; el precio de petróleo en negativos; las Olimpiadas canceladas; la llegada de Lozoya; los picos falsos de Gatell; incendios en California; la rifa del avión presidencial (sin avión); la captura de Cienfuegos; récord de tormentas en el Atlántico; la elección en EUA…

Por todo esto, quedé gratamente sorprendido al encontrarme en The Washington Post un ejercicio imaginativo muy particular, donde la periodista Maura Judkis entrevista a guionistas reconocidos de la televisión para que aconsejen y orienten al estúpido “escritor” que escribió el guión del 2020.

Aquí algunas de sus respuestas:

Bruce Miller (The Handmaid’s Tale): Con todas las locuras que están sucediendo no tendría idea de qué género sería esta serie. Podría ser una comedia, tragedia, thriller distópico, drama político, drama de hospital, ficción apocalíptica, horror o sátira, o quizás todos mezclados en uno mismo. Lo que tenemos es una trama completamente demencial. 

Eli Attie (The West Wing): Yo le diría al guionista: ‘Whoa, dale despacio'. Muéstranos quiénes son las personas, quita cosas de la trama y deja que la historia respire. En un buen guión debes dar a las personas el tiempo para procesar algo complicado. Pero en el 2020 tenemos tantas tramas complejas que es muy difícil entender cualquier cosa.

Angela Kang (The Walking Dead): Suceden demasiadas cosas y luego simplemente desaparecen y no hay seguimiento.

Dan Schofield (The Good Place): No creo que este sea el tipo de narrativa que podríamos esperar en la TV… es demasiada acción. De hecho, el 2020 es incluso peor que un programa malo: por lo menos la mala televisión te ofrece algún tipo de resolución.

Para no quedarnos con puras opiniones de los gringos, hablé con Luli Monsalvo, mexicana reconocida por su producción en la película “Deseo, deseo” (Amazon) y “Conversaciones”, ahora en cines.

Su opinión para el guionista del 2020 es la siguiente: ¿Qué carajos está sucediendo? Drama, comedia, terror, acción y una gran dosis de cine contemplativo. ¡Pausa! Hay innumerables personajes, uno más sacrificable que el siguiente, y aún no se resuelve una importante pregunta: ¿Quién chingados es el héroe? ¿Hay siquiera un héroe? ¡Ojalá sí! ¿Dónde está La Roca cuando lo necesitamos?”

Yo no soy experto en guiones, pero aún así quisiera proponer un final que considero decente para amarrar esta mala serie: Suena la alarma y despiertas. ¿Fue todo un sueño? ¡Sí! ¡Fue un sueño! -Risa nerviosa- Mientras preparas el café, notas a una avispa enorme que choca contra el vidrio de la ventana. El primer trago de café te sabe a papel ‘Ah chinga… ¿Perdí el sentido del olfato y el gusto?’ Prendes las noticias y Trump está siendo inaugurado por segunda vez. ¿Un sueño dentro de un sueño? ¡No! ¡Una pesadilla dentro de una pesadilla! Una avispa gigante entra a la casa. Corte a negro.