30/1/23

OK COMPUTER

Millones de empleos podrían peligrar o quedar en el limbo con la implementación de la IA en el mundo cotidiano, incluyendo mi profesión de periodista. 

Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú



Como escritor y entusiasta de la tecnología, busco constantemente herramientas nuevas e innovadoras que puedan ayudarme a optimizar mi trabajo y dar vida a mis ideas. Por eso me intrigó encontrar ChatGPT, un poderoso modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI. En esta columna, quiero compartir mis pensamientos sobre ChatGPT y su potencial para revolucionar la forma en que nos comunicamos y creamos.

A ver, a ver, a ver… No le hagan caso a eso que acaban de leer. Porque ese párrafo espurio es en realidad propaganda escrita por un robot, o mejor dicho, por la inteligencia artificial (IA) detrás de ChatGPT. ¿Cómo escribió esa introducción? Simplemente le ordené al robot: “Escribe una entrada para mi columna de opinión en Vértigo donde hablaré sobre ChatGPT”. ¿Bastante interesante, verdad?

Para los que no lo sepan, este programa es un chatbot que fue lanzado a finales de 2022 por la empresa OpenAI (cofundada por Elon Musk en 2015) que genera y predice respuestas con base en la información que existe en Internet; también tiene la capacidad de adaptarse y aprender de manera continua.

Y ahora sí, ahí les va mi veredicto: durante las últimas semanas he estado platicando con esta inteligencia artificial y debo decir que estoy bastante impresionado. ChatGPT parece tener la capacidad de entender perfectamente lo estás preguntando o pidiendo (sólo en idioma inglés); y responde de tal manera que nos coloca en ese famoso “valle inquietante”, donde es imposible deducir si quien responde es un humano o una máquina.

Uno puede pedirle prácticamente cualquier cosa: explicar una ecuación científica; escribir una columna de opinión o una tésis académica; resumir cualquier libro famoso; arreglar un código web; idear un nuevo final para una serie de televisión; crear poesía al estilo de cualquier autor o una letra de una canción como si fuera escrita por David Bowie (o quien gusten); ah sí, y también sabe contar chistes (bastante malos). Lo fascinante es que incluso cuando el robot se equivoca, basta con hacerle notar su error para que genere una respuesta más acertada.

Ahora bien, por más ingeniosa que sea la tecnología detrás de ChatGPT la realidad es que deja mucho qué desear en cuestión de análisis profundo sobre el mundo y la vida humana. Claro, el robot podrá tener toda la información a su alcance, pero cuando buscas predicciones económicas o políticas del mundo, llegarás a un callejón sin salida. Lo mismo ocurre con toda cuestión metafísica: te da puro rollo blandengue.

Bueno… ¿y por qué nos importa este tema? En primer lugar, porque ChatGPT es el primer chatbot respaldado por IA que ha logrado alcanzar un nivel sin precedentes en comprensión y comunicación humana. Es tan bueno y eficiente que muchos analistas ya están vaticinando el fin de los ensayos escolares, ya que la IA puede escribir un texto sobre cualquier tema, en cualquier estilo y lenguaje que desees. 

Y esto nos lleva a nuestro segundo punto: la disrupción que podría causar algo como ChatGPS en el largo plazo. Porque si algo queda claro, es que la IA es un tipo de tecnología que no tiene un final determinado: Similar a lo que ocurrió con la aparición de las computadoras personales o los iPhones, simplemente seguirá evolucionando y encontrando nuevas aplicaciones.

Hoy ya está causando cismas en el mundo académico y artístico (revisen DALL-E-2, también de OpenAI); pero mañana podrá estar creando composiciones musicales, realizando edición de video, dando consultas médicas o psicológicas, o creando nuevos medicamentos o agentes biológicos.

Todo esto nos lleva a una conclusión ineludible: millones de empleos podrían peligrar o quedar en el limbo con la implementación de la IA en el mundo cotidiano, incluyendo mi profesión de periodista. Pero no nos aceleremos, que este arroz todavía no se ha cocido. 

Si ustedes quieren comenzar este viaje fantástico, aquí les dejo el enlace para cotorrear con ChatGPT. ¡Juzguen ustedes mismos! https://chat.openai.com/chat

16/1/23

FILIAS Y FOBIAS: EDICIÓN 2023

A pesar de mi recurrente desencanto, este 2023 lo empiezo con una sana dosis de optimismo. La razón es muy sencilla: el 2022 no fue tan calamitoso como pudo haber sido y éste podría ser igual.

Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú



¡Estamos de vuelta! Otro inicio en esta carrera sisífica que a muchos nos llena de esperanza y a otros de pavor (o una combinación de ambas). ¿Qué debemos pensar de este año que inicia? 

A pesar de mi recurrente desencanto, este 2023 lo empiezo con una sana dosis de optimismo. La razón es muy sencilla: el 2022 no fue tan calamitoso como pudo haber sido y éste podría ser igual. ¡Pero no hay que confiarse! Así que antes de aventarse como el Cándido de Voltaire a esta nueva vuelta al Sol, veamos qué cosas podrían salir terriblemente mal y cuáles quizá no tan mal:

1. COVID EN CHINA. Algo preocupante es la nueva epidemia en China. No es un deja-vu… hoy China está teniendo sus peores cifras de SARS-CoV-2, tras terminar su absurda y alucinante política de “cero-covid” (que involucraba encerrar a millones de personas por largos periodos de tiempo). Esta política era insostenible, pero al dejar libres a millones de personas sin vacunación habrá nuevas mutaciones del virus que después podrían llegar a Occidente y arruinarnos la fiesta. ¡Aguas!

2. SUFRIMIENTO EN UCRANIA. El improvisado ejército de Ucrania ha sorprendido por su valentía y resiliencia en el campo de batalla; pero la maquinaria bélica de Rusia está lejos de agotarse. Tras numerosos reveses y retrocesos, Vladimir Putin cambió de estrategia y ahora se enfoca en dejar en ruinas a una nación que no permitió dominarse. Esta campaña de terror está causando enorme sufrimiento al destruir toda clase de infraestructura. Sumen a los 300,000 soldados que Rusia agregó a su ejército y la cosa no parece que terminará pronto.

3. RECESIÓN. Empezando el año con optimismo, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió que una tercera parte de la economía global podría caer en recesión debido a que EE.UU, China y la UE se “están ralentizando simultáneamente”. ¡Qué manera de motivar al mundo!

4. CAMBIOS DEMOGRÁFICOS. Algo que no es bueno ni malo, solo curioso. De acuerdo con las predicciones de la ONU, en abril la India se convertirá en el país más poblado del mundo, superando a China. Aunque si me preguntan, con tantas broncas en el mundo yo diría que ya urge reducir la población global. ¡Pero desde ayer!

5. NO HABRÁ GUERRA NUCLEAR. La firma Good Judgment (que se jacta de tener a los mejores “super-predictores” en sus filas), afirma que sólo el 17% de sus expertos creen que las tensiones entre China y Taiwán escalen este año; y sólo un 5% dicen que Rusia pueda detonar un arma nuclear en Ucrania. ¡Son buenos números!

6. POLÍTICA MEXICANA. Este año será clave. Más allá de las elecciones en el EdoMex y Coahuila, las “corcholatas” de Morena tendrán un año ajetreado. Seguro veremos toda clase de chicanadas, descalificaciones y jugarretas en su camino por ser el “elegido” para la elección del 2024. El peligro: una fractura profunda al interior de Morena que lleve a una guerra fratricida en búsqueda del poder. 

7. TRUMP REGRESA. Tampoco podemos ignorar que nuestro vecino tiene elecciones presidenciales el próximo año. Donald Trump ya se destapó como contendiente, pero sus problemas legales podrían descarrilar su plan de retomar la Casa Blanca. ¿Estamos viendo el final de la Era Trump o sólo un breve paréntesis? De pronóstico reservado.

8. HAMBRUNA EN SOMALIA. Cerramos con la noticia más trágica. Como indica el International Rescue Committee, Somalia se encuentra en medio de su quinta temporada de lluvias fallida. Agreguen la crisis política y al terrorismo de Al-Shabab y para mediados del 2023, más de 8 millones de personas -casi la mitad de la población- vivirán niveles críticos de inseguridad alimentaria y una hambruna generalizada a nivel nacional. ¡Hay que ayudar!

Pues ahí lo tienen. Un vistazo a la bola de cristal de Walter Mercado para que anden a las vivas este año. Quizá no moriremos en una guerra nuclear, pero hay que ahorrar unos pesos porque la cosa viene dura (no empiecen). Les deseo mucha suerte, y como dijo Echeverría: ¡Arriba y adelante!