20/12/20

EL CORRIDO DE ANDRÉS LÓPEZ Y EL VAQUERO JOE

El peor escenario para AMLO fue, precisamente, el que sucedió: Biden ganó la elección. 


Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú


¡Ahora sí, raza! Estamos a un mes de la toma de protesta y nada puede detener lo inevitable: Joe Biden será el próximo presidente del Imperio Yanqui. 

En las últimas semanas hemos visto el rotundo fracaso de Donald Trump y sus múltiples intentos por robarse la elección. Fueron decenas de casos llevados ante tribunales (incluyendo a la Suprema Corte) y en ninguno se estableció algún tipo de fraude o incluso algún error que pudiera cambiar el resultado electoral. Al momento de escribir esto, el Colegio Electoral acaba de ratificar el triunfo de los Demócratas. ¡Boom!

Pero si algo queda claro es esto: el partido Republicano ha abandonado todos sus principios democráticos y ahora sólo se empeña en apoyar las tendencias autocráticas de un Calígula desquiciado. ¡Una vergüenza!

Mejor ni hablar de eso. Pasemos mejor al terreno de la especulación: ¿Qué acciones definirán a la presidencia de Joe Biden? En la columna anterior apunté algunas de las victorias diplomáticas que podría realizar en sus primeros días. Si no las recuerdan, ahí les van: Cambio climático (volver al Acuerdo de París; algo que Joe dijo que hará el “primer día”); Salud Global (Regresar a la OMS); Comercio (Reforzar a la OMC); Derechos Humanos (Reintegrarse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU); Occidente (Remendar la relación con Europa y Canadá).

En aquél texto quedó pendiente revisar la agenda del vaquero Joe con nuestro México lindo y querido. De esto hablaremos hoy. Así que, sin más demora, a darle que es mole de olla:

Lo primero que debemos entender es que el peor escenario para AMLO fue, precisamente, el que sucedió: Biden ganó la elección. 

Esto es sumamente grave para nuestro presidente; porque de acuerdo con Duncan Wood, director del Mexico Institute en el Woodrow Wilson International Center for Scholars, el acuerdo tácito entre Trump y López Obrador era muy simple y completamente transaccional: si México controlaba la migración centroamericana, EUA no se metería en los asuntos mexicanos.

Con la llegada de Biden las cosas cambian drásticamente. Bien dice Wood en entrevista con WPR que Biden es un político “institucionalista”. ¿Qué significa esto? Que a diferencia de la diplomacia “personalista” que define tanto a Trump como a AMLO; Joe buscará crear estructuras institucionales para tratar temáticas bilaterales de importancia; algo evidente durante la administración de Peña Nieto, donde fungió como arquitecto de múltiples diálogos económicos de alto nivel.

De entrada ya tenemos broncas. Porque mientras AMLO seguramente seguirá abogando por una soberanía aislacionista, Biden no estará dispuesto a ignorar los desplantes de Morena o los problemas internos de México.

¿A qué nos lleva esto? Sin duda a una relación repleta de tensión y desconfianza. AMLO hará todo lo posible por mantener la cooperación al mínimo con EUA; mientras que Biden buscará un acercamiento más agresivo.

Wood indica que lo ideal para Biden sería enviar un mensaje enérgico a México desde muy temprano en su presidencia. Aquí deberá plantear las nuevas prioridades de EUA, las cuales ya no se centrarán sólo en el tema migratorio; sino que exigirán cuentas en temas como comercio; el respeto a las inversiones económicas de los gringos; el tráfico de drogas; el crimen organizado; el combate a la corrupción; y acciones para contrarrestar el cambio climático. 

¿Cómo se estará preparando la Cancillería para jugar en las Grandes Ligas? Imposible saberlo, aunque seguro la clásica frase de Dorothy ha pasado en algún momento por la mente de AMLO: “Toto, I've got a feeling we are not in Macuspana anymore”.


6/12/20

LA BALADA GLOBAL DEL VAQUERO JOE

El mundo que hereda Biden no es el que dejó en 2016 cuando dejó su chamba en la vicepresidencia. O como dice una frase popular gringa: “We are not in Kansas anymore”.


Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú


¡America is back, baby! Al final, todo parece indicar que la necedad de Trump para evitar que Joe Biden pudiera ponerse a chambear fue justo eso, una necedad y un berrinche de un pelado perdedor y miserable.

Que quede claro… todo puede pasar de aquí al 20 de enero. Pero al momento de escribir esto, la General Services Administration ya dio autorización para que la campaña de Biden pueda iniciar formalmente la transición; Joe ya nombró de manera oficial a los primeros miembros de su futuro gabinete; y el Trumpetas aceptó que si pierde el Colegio Electoral, abandonará la Casa Blanca; abriendo la puerta para que en mes y medio, el joven y flamante Biden tome las riendas del poderoso Imperio Yanqui.

Hasta aquí todo bien. Pero bien indica Edward Luce, editor asociado del Financial Times, que el mundo que hereda Biden no es el que dejó en 2016 cuando dejó su chamba en la vicepresidencia. O como dice una frase popular gringa: “We are not in Kansas anymore”.

Porque más allá del daño diplomático y el caos que causó el “America First” de Trump, el tablero global se ha modificado radicalmente en los últimos cuatro años. Luce indica que a diferencia de la Era Obama, ahora el panorama mundial está marcado por la “competencia de grandes potencias”.

Inmediatamente nos vendrá a la mente el conflicto entre los Yankees y China, una potencia cada día menos dispuesta a seguir las pautas del orden internacional. Pero las broncas van más allá de los chinos, pues otros high-rollers regionales (Rusia, Irán y Turquía) también buscan mayor injerencia en el escenario global, casi siempre con intenciones sospechosas, por no decir perversas.

Es inevitable que estos países le causen toda clase de dolores de cabeza a Biden. Pero en vez de caer en el pesimismo, mejor veamos algunas victorias que Joe podría lograr en los primeros días del 2021 sin mucha bronca y para gran alivio de la humanidad. Esta lista es cortesía de Stewart M. Patrick, del Council on Foreign Relations. Pongan atención:

1. Cambio climático: Aunque Trump se salió del Acuerdo de París, Biden fácilmente podría reingresar con una orden ejecutiva, considerando que así fue como Obama se suscribió en su momento. ¡Pan comido!

2. Salud global: Trump también abandonó a la OMS, pero Biden también puede firmar una orden ejecutiva y volverse a meter. Ya entrado en materia, podría abandonar el “nacionalismo” trumpiano y enviar recursos a la iniciativa COVAX, para unirse a 170 países que están buscando vacunas del covid-19 para todo el mundo. ¡Fácil! ¡Next!

3. Comercio global: A diferencia de Trump que inició guerras comerciales con medio mundo (incluido aliados), Biden podría inmediatamente unir fuerzas con otras democracias liberales para actualizar las reglas de la OMC y crear un frente unido para contener a China. ¡Conmadre! 

4. Derechos Humanos: De entrada, Biden podría dejar de apapachar a dictadores. Acto seguido, puede volver al Consejo de DD.HH. de la ONU, –por más corrompido que sea este organismo– y trabajar con países afines para que exista rendición de cuentas. ¡Lo que sigue!

5. Occidente: Por último, Biden podría enmendar la relación con Canadá y Europa que Trump dejó por los suelos. Esto es fundamental, pues le guste o no a la gente, los fundamentos más sólidos para un orden internacional abierto sólo pueden lograrse a través de la solidaridad de democracias con intereses comunes. ¡Arre!

Se nos acabó el espacio, así que a la próxima les platico sobre las políticas que podría tomar Joe Biden hacia América Latina y México, un país “aliado” que hasta el momento ni siquiera lo ha felicitado por su victoria. ¡Gulp!