27/9/21

LA RABIETA DEL PROFETA

 Si hablamos de respetar los derechos de las mujeres “dentro del islam”, haríamos bien en ir a la fuente original. ¿Qué dice el Corán respecto al tema?

Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú

¡Ahora sí! Tras 20 años de guerra, Estados Unidos se retiró oficialmente de Afganistán y el país se encuentra nuevamente en las garras del temible Talibán. La preocupación ahora es conocer la verdadera agenda de este grupo. En público dicen que su movimiento no es igual al que tomó el poder en 1996; pero reportes denuncian ya abusos y crímenes similares a los de hace cinco lustros.

Para mí no hay gran confusión: el Talibán miente. Sus líderes son los mismos que hace 25 años y dejaron claro que no habrá democracia en su país. Un representante comentó a Reuters: “Ni siquiera se discutirá qué tipo de sistema político se aplicará en Afganistán porque es muy claro: es la ley sharía y punto”.

Aún así, una frase emitida por otro vocero quedó ominosamente suspendida en el aire: “Las mujeres estarán contentas de vivir bajo la ley sharía (...) vamos a permitir que trabajen y estudien, pero dentro del marco de la ley islámica”.

Antes de seguir, veamos de qué se trata todo esto de la sharía. La explicación más sencilla es que se trata de un cuerpo de reglas religiosas que guían la vida diaria de los musulmanes, basada en el Corán y en los dichos y enseñanzas del profeta Mahoma.

En el mundo islámico, este sistema se aplica dentro de un amplio espectro, pasando desde lo más laxo hasta lo más autoritario. Esto varía entre sociedades, familias e individuos. La mayoría de los países aplican la sharía para cuestiones civiles (matrimonio, herencias, custodia de niños...) pero otros llegan a basar su código penal en esta tradición. El Talibán, sobra decir, es de los más estrictos y totalitarios.

Durante su reinado del terror se instauró el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que forzaba las medidas más oscuras del Islam: las mujeres debían cubrir su cuerpo con un burka; se les prohibió el estudio, trabajo y salir de casa sin compañía de un familiar varón; se prohibió la música, televisión y deportes; y claro, ejecutaban públicamente a adúlteros, homosexuales y otros ‘indeseables’.

Pero si hablamos de respetar los derechos de las mujeres “dentro del islam”, haríamos bien en ir a la fuente original. ¿Qué dice el Corán respecto al tema? Aquí utilizo la traducción del Dr. Juan Vernet (Ed. Plaza, 1997):


AZORA IV (19 y 20) “Aquellas de vuestras mujeres que cometen fornicación (...) mantenerlas cautivas en las habitaciones hasta que las llame la muerte”.

Azora IV (38) “Los hombres están por encima de las mujeres, porque Dios ha favorecido a unos respecto de otros, y porque ellos gastan parte de su riqueza en favor de las mujeres. Las mujeres piadosas son sumisas a las disposiciones de Dios; son reservadas en ausencia de sus maridos (...) A aquella de quienes temáis la desobediencia, amonestados, mantenerlas separadas en sus habitaciones, golpeadlas”.

Azora IV (175) [Sobre las herencias] “al varón corresponde una parte igual a la de dos hembras”.

Azora XXIV (30) “Di a las creyentes que bajen sus ojos, oculten sus partes y no muestren sus adornos (...) ¡Cubran su seno con el velo!”.

Azora XXXIII (32) “¡Mujeres del profeta! No sois como las otras mujeres (...) ¡Permaneced en vuestras casas!”.

Dejemos aquí este breve compendio de las joyas del Corán. Y para aquellos que aleguen que el Pentateuco o los Evangelios plantean cosas similares, yo les respondo: seguro que sí, pero nadie en su sano juicio piensa basar hoy nuestra Constitución o Código Penal en textos escritos hace 2000 años.

Porque una cosa es muy clara, las sociedades del siglo XXI no pueden ser gobernadas con leyes escritas en la Edad de Hierro o en el siglo VII. Las sociedades son ahora más avanzadas y complejas que los grupos seminómadas que rondaban por la península arábiga hace siglos. Pero más importante aún: que los derechos de las mujeres no son negociables, no importa lo que diga Allah o su profeta.