12/9/22
LA BLASFEMIA MODERNA
27/9/21
LA RABIETA DEL PROFETA
Si hablamos de respetar los derechos de las mujeres “dentro del islam”, haríamos bien en ir a la fuente original. ¿Qué dice el Corán respecto al tema?
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Para mí no hay gran confusión: el Talibán miente. Sus líderes son los mismos que hace 25 años y dejaron claro que no habrá democracia en su país. Un representante comentó a Reuters: “Ni siquiera se discutirá qué tipo de sistema político se aplicará en Afganistán porque es muy claro: es la ley sharía y punto”.
Aún así, una frase emitida por otro vocero quedó ominosamente suspendida en el aire: “Las mujeres estarán contentas de vivir bajo la ley sharía (...) vamos a permitir que trabajen y estudien, pero dentro del marco de la ley islámica”.
Antes de seguir, veamos de qué se trata todo esto de la sharía. La explicación más sencilla es que se trata de un cuerpo de reglas religiosas que guían la vida diaria de los musulmanes, basada en el Corán y en los dichos y enseñanzas del profeta Mahoma.
En el mundo islámico, este sistema se aplica dentro de un amplio espectro, pasando desde lo más laxo hasta lo más autoritario. Esto varía entre sociedades, familias e individuos. La mayoría de los países aplican la sharía para cuestiones civiles (matrimonio, herencias, custodia de niños...) pero otros llegan a basar su código penal en esta tradición. El Talibán, sobra decir, es de los más estrictos y totalitarios.
Durante su reinado del terror se instauró el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que forzaba las medidas más oscuras del Islam: las mujeres debían cubrir su cuerpo con un burka; se les prohibió el estudio, trabajo y salir de casa sin compañía de un familiar varón; se prohibió la música, televisión y deportes; y claro, ejecutaban públicamente a adúlteros, homosexuales y otros ‘indeseables’.
Pero si hablamos de respetar los derechos de las mujeres “dentro del islam”, haríamos bien en ir a la fuente original. ¿Qué dice el Corán respecto al tema? Aquí utilizo la traducción del Dr. Juan Vernet (Ed. Plaza, 1997):
Azora IV (175) [Sobre las herencias] “al varón corresponde una parte igual a la de dos hembras”.
Azora XXIV (30) “Di a las creyentes que bajen sus ojos, oculten sus partes y no muestren sus adornos (...) ¡Cubran su seno con el velo!”.
Azora XXXIII (32) “¡Mujeres del profeta! No sois como las otras mujeres (...) ¡Permaneced en vuestras casas!”.
Dejemos aquí este breve compendio de las joyas del Corán. Y para aquellos que aleguen que el Pentateuco o los Evangelios plantean cosas similares, yo les respondo: seguro que sí, pero nadie en su sano juicio piensa basar hoy nuestra Constitución o Código Penal en textos escritos hace 2000 años.
Porque una cosa es muy clara, las sociedades del siglo XXI no pueden ser gobernadas con leyes escritas en la Edad de Hierro o en el siglo VII. Las sociedades son ahora más avanzadas y complejas que los grupos seminómadas que rondaban por la península arábiga hace siglos. Pero más importante aún: que los derechos de las mujeres no son negociables, no importa lo que diga Allah o su profeta.
24/5/21
LA RELIGIÓN NO SE DESTRUYE, SÓLO SE TRANSFORMA
El peligro ahora es que los debates políticos comienzan a transformarse en discusiones metafísicas; algo letal para las democracias liberales.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Les confieso algo: durante gran parte de mi adolescencia creí firmemente que la religión debía desaparecer para que la sociedad pudiera avanzar hacia una nueva era de racionalidad e ilustración. Esta cruzada secular fue un fracaso. No logré convencer a nadie.
Para mi fortuna, no era necesaria mi participación. La religión ha ido retrocediendo en gran parte de Occidente, incluso en nuestro México, por numerosas y muy diversas causas que no vale la pena discutir ahora.
Tomemos el caso de Estados Unidos. De acuerdo con Gallup, durante gran parte del siglo XX el 70% de las personas en promedio asistían a alguna iglesia de manera periódica. Pero en su medición del 2020, esta participación tuvo una caída brutal, terminando en un alarmante 47 por ciento.
En México las cosas son algo similares. El censo del 2010 mostraba a poco más de 84 millones de católicos y 10 millones de “otras” religiones. Los no creyentes apenas sumaban 4.6 millones de personas. Para el censo del 2020, se contaban 9.1 millones de no creyentes (un incremento de 96%); mientras que los feligreses subieron sus números de manera más marginal, 7% para católicos y 59% para otras religiones.
Estas cifras debieron alegrar al ateo beligerante que aún vive dentro de mí. Sin embargo, el académico Shadi Hamid avanza una hipótesis que complica este panorama. La pérdida de religión -argumenta- no genera una sociedad racional y científica, sino que engendra un mundo de polarización, radicalismo y división. Les explico.
En su artículo publicado en The Atlantic (America Without God), Hamid alude al académico Samuel Goldman y su “ley de la conservación de la religión”. Esta teoría indica que en toda sociedad “existe una oferta relativamente constante y finita de convicción religiosa” y que lo único que varía “es cómo y dónde se expresa esta convicción”. Esto significa que entre más se diluye la religiosidad en una sociedad, más incrementa la intensidad ideológica; porque el fervor que antes se canalizaba hacia la religión ahora se expresa en pasiones políticas. En otras palabras, la religión no se destruye, sólo se transforma.
Las expresiones polarizantes en EE.UU. son muy claras. En la derecha, la religión ha dado pie a un movimiento mesiánico centrado en Donald Trump y el etnonacionalismo. En la izquierda, la cultura “woke” ha reimaginado el concepto de pecado, penitencia y excomunión para aquellos que transgreden sus normativas culturales o discursivas.
Lo preocupante es que las convicciones religiosas y políticas no comparten la misma esencia. Las religiones tienden a crear una realidad externa compartida por la sociedad (un nomos, diría Peter Berger), pero las ideologías políticas tienden a fragmentarse rápidamente. Por su naturaleza mundana la política genera división y antipatía entre los ciudadanos. “A nadie sorprende que las ideologías ascendentes en Estados Unidos, teniendo que llenar el vacío dejado por la religión, sean tan divisivas. Están destinadas a ser divisivas”, argumenta Hamid.
El retroceso del cristianismo ha comenzado a erosionar el terreno común donde la sociedad norteamericana podía coincidir y respaldarse. El peligro ahora, argumenta Hamid, es que los debates políticos comienzan a transformarse en discusiones metafísicas; algo letal para las democracias liberales, que toma las diferencias públicas como negociables, pero nunca como dogmas intransigentes.
En México este proceso avanza de manera más lenta, pero gradualmente vemos nuevos niveles de polarización al tiempo que retrocede la religiosidad. ¿Estaremos también frente a una radicalización política ante la ausencia de creencias religiosas?
Ante esta posibilidad, sólo basta recordar la máxima de los teólogos antiguos: ¡Que Dios nos agarre confesados!
24/5/19
LA IGLESIA Y SUS PREJUICIOS CONTRA LA ADOPCIÓN HOMOPARENTAL
Ante el extenso y opaco currículum de abuso sexual contra miles de infantes, ¿qué clase de autoridad moral tendría la Iglesia para sermonear sobre este tema?
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
[FROM THE ARCHIVES: Publicado originalmente en agosto 2015]
3/3/19
PURÉ DE PAPA
Iniciamos el año planeando magníficas proezas napoleónicas únicamente para caer en cuenta que soñar es gratis, pero lograr objetivos es una tremenda friega. ¡Ni hablar, señores! Pero incluso en el pantano podemos sentirnos mejor sabiendo que existen personas con problemas aún mayores. Para esto no miremos más lejos que la Santa Sede.
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8/1/17
¡DIOS NOS LIBRE!
Nuestro problema como civilización es que no hemos creado un paradigma similar al religioso: un programa filosófico secular que supla la ausencia de significado y genere una idea cohesiva sobre la cual podamos identificarnos.
Durante años he sido un ateo irredento, y entre el catálogo de ideas que sostengo creo que la separación entre el Estado y la Iglesia es una de las acciones más importantes que Occidente ha tomado para entrar a la Modernidad.
No argumento que la secularización o el ateísmo generan en automático una sociedad más justa o noble; sino que la religión tiende a radicalizar a las personas, las encierra en ideologías herméticas, las ata a preconcepciones emanadas de autoridades divinas, y genera un rechazo hacia los avances científicos, más si estos contradicen sus dogmas religiosos.
La hipótesis es que entre más secularismo, mayor racionalidad; o entre menos religión, menos oscurantismo.
Pero este proyecto no considera un elemento intrínseco de los humanos: la necesidad de orden y sentido.
Para millones de personas, la religión ofrece precisamente esto: la certeza de que una autoridad superior ha preestablecido significado, destino y trascendencia en su existencia. Y al quitar el factor religioso, millones de personas parecen buscar nuevas fuentes de autoridad que les brinden lo que antes la divinidad les otorgaba.
Y esto tiene consecuencias...
El académico Shadi Hamid argumenta que la victoria de Trump y el auge del neo-fascismo en Europa es consecuencia directa de este proceso. Para Hamid, estos programas ideológicos incluso presentan similitudes con el espectro del Islamismo radical que recorre al Medio Oriente y otras latitudes.
Sea ya el tribalismo racial en EE.UU o el etno-nacionalismo europeo, para Hamid hay un hilo conector: "una sacudida en la búsqueda de significado político" que surge cuando las ideologías contemporáneas (neo-liberalismo, globalización...) fracasan al no brindar certeza, orden o significado a las personas. Ante este vacío, se busca un modelo de política que ya no tiene como prioridad mejorar la calidad de vida, sino dirigir la energía de una sociedad hacia un objetivo moral, filosófico o ideológico.
¿Suena familiar?
Para salir de este laberinto no necesitamos un retorno a la religión o una dosis más alta de devoción. Ya hemos visto las consecuencias de esto con el neo-Islamismo y la nueva generación de jóvenes radicales y ultra-violentos.
Nuestro problema como civilización es que no hemos creado un paradigma similar al religioso: un programa filosófico secular que supla la ausencia de significado y genere una idea cohesiva sobre la cual podamos identificarnos.
Porque los economistas podrán hablar del PIB y el presidente de reformas estructurales, pero ninguna de estas ideas tiene la fuerza suficiente para dar cohesión y brindar propósito a la existencia de millones de personas.
Más bien, la salida de este laberinto debe emanar de lo que nos hace intrínsecamente humanos: la inteligencia. Porque cuando vemos los grandes avances científicos: en medicina, en la exploración (y posible colonización) del Cosmos o en inteligencia artificial, por mencionar algunos, nos enfrentamos a algo que nos supera como individuos y que puede darnos un significado más alto como especie. Entender que no importan los vicios que aún perduran, pues nuestra especie puede alcanzar nuevas alturas en conocimiento.
Eso sí... más vale que alguien se apresure en formular un programa ideológico de este tipo, porque el 2017 inicia con el horizonte atiborrado de oscuridad.
16/10/16
IN GOD WE TRUST
Dios parece estar muerto o por lo menos desaparecido de un escenario donde solía ser un rockstar: la campaña presidencial de los Estados Unidos.
Interpretaciones varían sobre el significado de esta frase y quizá para muchos -todavía creyentes en un ser superior- todo lo que diga Mr. Nietzsche les sea irrelevante.
Sin embargo, hoy esta frase resulta clave para entender una anomalía: Dios parece estar muerto o por lo menos desaparecido de un escenario donde solía ser un rockstar: la campaña presidencial de los Estados Unidos.
De hecho, su ausencia se siente todavía más pesada sobre el Partido Republicano, por décadas el portavoz de la Derecha Cristiana.
Esta mezcla entre política y religión no es reciente. Basta recordar que en 1920 fueron los grupos conservadores los que promovieron la prohibición del alcohol. Para 1960 -consecuencia de la liberación sexual- la religión y la moral se colocaron en primer plano de la vida política norteamericana. Más aún en los 70s, cuando la cuestión del aborto (legal tras Roe vs. Wade en 1973) se volvió prioridad para los cristianos. En la era de Reagan, el cristianismo y los Republicanos ya dormían en la misma cama.
Esta estrategia continuó sirviendo en los 90s cuando Bill Clinton estuvo cerca de ser destituido por su dudosa moral. Siguió en el siglo XXI con la creencia de Bush Jr. sobre su “misión divina”, declarando que Dios le había ordenado invadir Irak y Afganistán para llevar la paz al Medio Oriente.
En este tiempo los Republicanos aprendieron que al atizar las pasiones conservadoras podían ganar prácticamente cualquier elección, pues la demografía WASP (White Anglo-Saxon Protestant) les daba una tremenda cantidad de votos.
Hoy la cosa es distinta: Dios parece haber tomado vacaciones o sencillamente aplicó para una jubilación temprana de la política. Porque tanto Clinton como Trump han ignorado magistralmente a lo sacro durante la campaña.
De Clinton se sabe que no le gusta discutir su fe en público. Pero resulta llanamente increíble el apoyo que los cristianos han dado al magnate neoyorquino. Porque Trump no sólo ha mentido, engañado y presumido que no suele pedir perdón a Dios. También promovió por un tiempo el aborto, no cumple con el ideal de “la familia tradicional” y contradice la principal enseñanza sobre sexualidad que tanto pregonan los conservadores (sexo monógamo dentro del matrimonio). Bien menciona el periodista Collin Hansen que si algo define a Trump es su devoción a “la impía trinidad del dinero, el sexo y el poder”.
¿Cómo explicar esto? La respuesta nos llevaría por múltiples senderos de la sociología y la antropología, algo imposible de recorrer en una columna tan breve.
Aún así, yo quiero ofrecer una respuesta: que Dios ha sido derrotado por el capitalismo. Porque el estrés económico que resienten millones de norteamericanos los hace voltear hacia un nuevo Mesías que hará de nuevo grande a su país. Visto de otra manera, el poder del dinero ha sustituido a la fe; y el evangelio de un millonario misógino se volvió más atractivo que el de un judío empobrecido que habla de misericordia.
Así, creo que por fin entendemos de qué va la frase “In God We Trust” en el dinero gringo. Se refiere al único Dios verdadero de los yankees: el billete verde.
20/2/16
ADICTOS AL PECADO
Alcohólicos Anónimos se basa en una corriente ideológica que niega el progreso de la ciencia y la medicina a favor de la culpa y la idea de que todos somos pecadores.
20/10/15
Apocalipsis Ahora
No hay duda que uno de los aspectos más extraños de nuestra especie -aparentemente racional- es la fijación y el fetichismo que tenemos con la idea del fin del mundo.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
10/9/15
Hoy no me quiero embarazar
Siempre me ha parecido curioso que las personas más obsesionadas por evitar el aborto sean al mismo tiempo las más angustiadas por evitar el uso de anticonceptivos.
Hago un breve paréntesis ya que estamos en el tema: ¿Por qué los cristianos se enfocan tanto en odiar a los homosexuales? ¿Qué no son ellos los menos proclives a tener un aborto en toda su vida? Muy extraño todo eso, pero como en muchas otras cosas ya hemos aprendido que “los caminos del Señor son misteriosos”. Dejemos este tema para otro episodio.
1/9/15
Una mentada de madre
La Madre Teresa era una monja corrupta, fanática y reaccionaria. Que nos quieran ahora vender la idea de que era una mujer santa... bueno, eso sí que es una mentada de madre.
25/8/15
Los niños del hombre
En todo el debate sobre la adopción por parte de parejas homosexuales se olvida siempre que la homosexualidad no es solamente una forma de sexo, sino una forma de amor; y sólo por eso merece nuestro respeto.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
21/2/13
Benedicto XVI, el ateo
Para efecto de este texto, la verdad es que poco importa si el Papa cree en los dogmas de su Iglesia o no, pues el Santo Padre podría ser un empedernido ateo aunque ni siquiera él esté consciente de esto.
Aprovechando el reciente éxito de “El Árbol de Moras”, que ha recibido más de 11,000 visitas en poco más de un mes, considero que es un buen momento para publicar una entrada con un título cruelmente sensacionalista para ustedes, público ilustrado. Y ahora, habiendo ya hecho el daño de acusar públicamente a Joseph Ratizger de ser un falso creyente, debo confesarles que, desafortunadamente, no podría comprobarles si el supremo pontífice es ateo o no lo es.
En el caso del "cobarde Joe", epíteto creado por el colega Juan Pablo Delgado en su reciente entrada, el dogma del catolicismo indica que el puesto de supremo líder es vitalicio. De 265 Papas, sólo cuatro habían renunciado. Y sin embargo, la semana pasada el mundo se enteró de que el gran sombrero del Vicario de Cristo será abdicado, un escenario que millones de católicos hubieran creído imposible.
26/1/13
La insoportable espiritualidad del ser – Parte II: La Era de Acuario
Blandiendo con honra su bandera del New Age, este hijo de Gaia no le teme a la crítica, pues se considera iluminado por fuerzas cósmicas. Es un individuo que se siente atraído a la palabra “energía” como la hipnotizada polilla que revolotea en torno a la luz eléctrica.
23/1/13
La insoportable espiritualidad del ser – Parte I: Religión de cafetería
15/1/13
EN BUSCA DEL HONOR PERDIDO DE EVA: UNA REVISIÓN CRÍTICA DEL GÉNESIS
Con su fatídica búsqueda por la Verdad, su rebeldía ante la autoridad y su negación a permanecer en perpetua ignorancia, la memoria de Eva podrá colocarse en un privilegiado lugar entre Sócrates y Prometeo.
No obstante una exitosa campaña de difamación durante siglos, la memoria y la honra de Eva podrán ahora resurgir victoriosas. Pues si existe un factor positivo en todo el Génesis, es precisamente el ejemplar comportamiento de esta mujer.
Con su fatídica búsqueda de la Verdad, su rebeldía ante la autoridad y su negación a permanecer en perpetua ignorancia, la memoria de Eva podrá colocarse en un privilegiado lugar entre Sócrates y Prometeo.