Creo que todos ustedes deben saber una terrible noticia: que pase lo que pase en la COP-21, la realidad es que ya nos jodimos como civilización. Porque querámoslo o no, lo terribles efectos del cambio climático están aquí para quedarse.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Es innegable que, año con año, el futuro de la moda se debate en la ciudad de París. Sin embargo, parece que esta vez se estará debatiendo el futuro de la humanidad entera. Porque hoy mismo en la Ciudad Luz, se está llevando a cabo el evento más importante del siglo. Me refiero a… ¡La XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de la ONU (COP-21)!
¿No les emociona? Yo sé que no… sé que suele ser una flojera hablar de cambio climático o de políticas ambientalistas. Pero hay que resistir la tentación de huir de este tema por varias razones. Primero, porque aquí no pienso aburrirlos con tecnicismos científicos o las complejas cláusulas jurídicas que se hablarán en la COP-21. Y en segundo lugar, porque creo que todos ustedes deben saber una terrible noticia: que pase lo que pase en París, la verdad es que ya nos fregamos como civilización. Porque querámoslo o no, los temibles efectos del cambio climático están aquí para quedarse.
¿Ya les dio miedo? ¿Todavía no? Pues dejen les paso algunos datos para que se espanten.
El gran reto para la humanidad es llegar a un acuerdo que evite calentar a la Tierra más de 2°C. Hasta ahora, los humanos ya hemos causado un aumento de 0.8°C; y por si no se han dado cuenta, esto ya comienza a causar estragos en todo el planeta.
Creo que nadie ignora las erráticas temperaturas en algunas zonas del mundo, los fenómenos climáticos extremos (aquí en México, basta con mencionar al huracán Patricia), y el rápido descongelamiento de las capas polares, que contienen suficiente hielo para aumentar el nivel de los océanos por siete metros. Incluso se dice que para el año 2100, grandes zonas del Medio Oriente serán inhabitables para los seres humanos por el intenso calor que se sentirá durante el día.
No sólo esto, muchas ciudades del mundo están en serio peligro de quedar bajo el agua. Esto ya lo estamos viendo en las costas de Bangladesh, en Dinamarca y en Holanda. Y si alguien tiene planeado ir de luna de miel a las paradisiacas islas de Micronesia, ¡pues que vaya cambiando de planes!; probablemente será uno de los primeros países en hundirse bajo el mar.
¿Quieren más datos alarmantes? Pues el Centro Nacional de Australia para la Restauración Climática indica que incluso si todo el mundo dejara de emitir gases de efecto invernadero el día de hoy (lo cual no sucederá), aún existiría un 10% de probabilidad de superar los 2°C. ¡Piénsalo un segundo! Es como si te dijeran que el avión que acabas de abordar tiene un 10% de probabilidades de estrellarse al aterrizar. ¿Volarías en esa aerolínea? ¡Ni madres! Pero aquí no podemos cambiar de aerolínea, porque sólo tenemos un planeta donde vivir.
Volvamos a COP-21…
De acuerdo con el filósofo Peter Singer (y datos de la London School of Economics) incluso si los 154 países que asistieron a París cumplieran al pie de las letras sus compromisos para reducir los gases de efecto invernadero, el nivel de éstos seguiría incrementando. Para el año 2030, se emitirán entre 55 mil y 60 mil millones de toneladas de CO2 al año (de las actuales 50 mil millones de toneladas).
Pero hay un pequeño detalle: porque si queremos por lo menos un 50% de probabilidad de NO subir los 2°C, las emisiones de carbono deberían reducirse a 36 mil millones de toneladas por año. O sea que… ¡Pues ya valimos, compañeros!
Pero bueno… no hay que ser tan negativos en estas épocas navideñas. Nada de esto significa que ya mañana tengamos que enfrentar al apocalipsis climático. Porque aunque probablemente ya todo se fue al carajo, hay que explorar lo que podemos hacer para ayudar (aunque sea un poco) al planeta.
Esto caerá como buena noticia para muchos, pues parece que uno de los cambios más sencillos que podríamos hacer para mejorar el planeta es dejar de comer carnes rojas. Pues la industria ganadera por sí misma es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero, incluso más que toda la industria de vehículos de transporte global (autos, camiones, motos, trenes, aviones, etcétera) que generan 14% de emisiones. Quizá ser vegetariano no sea suficiente para salvar al mundo… pero a estas alturas toda la ayuda es bienvenida.
Pero si después de todo esto todavía hay algunos que les importa poco el calentamiento global, les doy una última razón para preocuparse: consideren que entre más aumenten las temperaturas, menos posibilidades tendrán de usar ese hermoso abrigo Givenchy que compraron en Nueva York… o mejor dicho, ni siquiera van a poder ir a Nueva York otra vez, porque será una de las primeras ciudades en quedar bajo el agua cuando suban los niveles del mar.
Entonces, amigos… ¿cómo van a querer a tu planeta? ¿Término medio o tres cuartos?
Este artículo se publicó originalmente en Púrpura