7/1/13

UN RÉQUIEM PARA SAN PERRO


El año 2013 comienza muy bien para casi todo el mundo, excepto para el "Perro de Dios", ese pobre Joseph Ratzinger.


Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú

Todos los inicios de año llegan cargados de reflexión y nuevos propósitos. Es casi imposible evitar, con un whisky en la mano y rodeado de buenos amigos, jurar que ahora sí ha comenzado el tiempo de reformarse y retomar la senda del progreso y el orden.

La mayoría de los líderes globales deben estar pasando por el mismo proceso, muchos de ellos quizá muy felices y satisfechos con el año que terminó. Sin duda el 2012 fue un buen año para la gran mayoría de los dirigentes internacionales, en particular para los Occidentales.

Aquí van algunos ejemplos:
En Estados Unidos, Barack Obama venció a un malvado robot ultra-capitalista en las elecciones presidenciales, asegurando la permanencia de su programa de salud y de la sanidad política en el país. En Europa, la Unión se mantiene todavía intacta y tanto Grecia como España siguen apareciendo en los mapas. En Rusia, Vladimir Putin continua siendo el rey. La Argentina de Kirchner también subsiste (creo) y parece que en el corto plazo no habrá una guerra anti-colonialista contra Isabel II. México sobrevivió la restauración del periodo jurásico e incluso se pronostica un fuerte crecimiento económico.

Claro, estuvo eso de la destitución legislativa contra Fernando Lugo, pero seamos honestos, a nadie le interesa mucho el Paraguay. ¡Ah!, y Hugo Chávez tiene cáncer, pero todo indica que su revolución bolivariana sobrevivirá para luchar contra el imperialismo en otra ocasión.

Sin embargo, existen gobernantes que enfrentan retos más complejos y si nos enfocamos en la categoría de los más arruinados, de aquel grupo de líderes que sólo pueden ver abismos y oscuros horizontes, ahí encontraremos arrinconado a Joseph Ratzinger, poseedor de títulos tan diversos como “Pontífice Supremo de la Iglesia Universal”, “Sucesor del Príncipe de los Apóstoles”, “Vicario de Cristo en la Tierra” y “el Perro de Dios”, -de raza Rottweiler, según indican sus seguidores.

Ese pobre Ratzinger (es un decir) ha arruinado tanto a su S.A. de C.V. que incluso un incrédulo y escandalizado Alejandro VI se deberá estar preguntando desde el más allá cómo alguien puede hundir de tal forma a la Iglesia. Hay que aceptarlo, uno puede asegurar que la Santa Sede ha tocado fondo cuando el representante de dios necesita una cuenta de Twitter para pastorear a su rebaño; algo que también pone en evidencia que ya no hay nada sagrado en este mundo.


Recordando el año que tuvo que soportar el Santo Padre, se podrá recordar la traición de su mayordomo personal, quien reveló sus secretos de alcoba; también está la publicación de su libro que mostró a la humanidad verdades metafísicas sin precedentes (¡increíble, durante la Natividad no hubo ni un burro ni un buey!). También se descubrió que otros cientos de infantes fueron abusados sexualmente por el clero católico, aunque resulta interesante que este tipo de noticias ya no escandaliza a los feligreses.

Entre todo esto, uno de los episodios más curiosos fue la visita de Ratzinger a la isla de Cuba (¿alguien se acuerda que también vino a México?, probablemente no, ¿verdad?). La opinión general fue que el viaje fue un éxito político, pero también uno que desencadenó una enorme polémica. Si bien recuerdan, antes de aterrizar en la isla, Benedicto comentó que “es evidente que la ideología marxista en la forma en que fue concebida ya no corresponde a la realidad”. Muchos se indignaron por sus palabras, otros tantos las celebraron.

Lo importante es que nadie levanto la voz para decir, “pero señor Ratzinger, aunque su argumento es válido, ¿qué no es la Iglesia Católica la que ya no corresponde a la realidad?” Supongo que es sano dudar de una ideología que surgió a mediados del siglo XIX, pero yo no encuentro forma de poner en tela de juicio una ideología que nació de la mitología de unos pastores nómadas que merodeaban los desiertos de Palestina hace 2,300 años.

Y si vamos a cuestionar el autoritarismo del régimen de Castro o la falta de democracia en Cuba, ¿que no deberíamos dudar de un sistema de gobierno basado en el feudalismo, que elige de la forma más opaca a su gobernante que (¡faltaba más!) es infalible en cuestiones teológicas?

Supongo que esto ya no importa. Es necesario comenzar el 2013 sin rencores y con optimismo.

Pero mientras el Vaticano inicia el año en medio de una pugna financiera contra el Banco de Italia, para el resto del mundo (excepto Siria) el inicio del 2013 pronostica clima soleado. China se prepara para estrenar a un nuevo líder con tendencias reformistas, Estados Unidos se ha salvado del precipicio fiscal, e incluso Kim Jong Un habla de paz y reconciliación con su vecino del sur.

Sin embargo, al parecer el único que se quedará sin su hueso en este año es el perro Rottweiler de dios.